-¿Subimos? Dentro se estará mejor-musité saliendo del coche cogiendo la funda de la guitarra del maletero y un par de maletas, el resto del equipaje.
Subí las escaleras ágilmente hasta plantarme frente a la puerta del cuarto y la abrí permitiéndole el paso.
-Las damas primero...-aclaré mirándola a aquellos ojos felinos.