¿Curiosidad? (Gaia)

Tensé la mandibula y la miré con el fuego del deseo en la mirada.
-Intentaré mojarte aún más...
Furtivamente metí mi mano bajo su ropa interior y acaricié su clítoris apretandolo con cuidado, moviendo mi dedio en círculos, estimulándola mientras le mordía el cuello dejando unas pequeñas marcas rojas en la zona.

Al bajar e indagar un poco más en su entrepierna iba comprobando que si...podía estar aún más mojada.
Bajé un poco más y entonces comencé a introducir un primer dedo en su interior, a la misma vez que le besaba los pechos y lamía sus duros pezones.

La habitación de vez en cuando se iluminaba por los rayos dejando ver nuestras siluetas... después el trueno retumbaba en la habitación ahogando los gemidos.

Seguí estimulándola hasta que posé mis manos en sus caderas y la hice girar de nuevo quedando como al principio, yo sobre ella.

Le quité la ropa interior por completo dejándola sin nada frente a mi, a mi merced. Pasé mi lengua entre sus pechos y alcancé sus labios.

Durante aquel beso volví a su entrepierna y le introduje de nuevo un dedo, aumentando el ritmo...por lo que pronto metí un segundo, incrementando la fricción con su clítoris con el pulgar. Quería escucharla gemir y jadear, eso me ponía demasiado...

La humedad era notable ya en ella a parte del agua de lluvia de su cuerpo, pero aquella mirada de deseo y lujuría seguida de sus palabras fue como un reto para mi.
-Creo que puedo hacer que estés aún más mojada...-le respondí con tono sensual mordiendo su labio inferior.

Bajé dándole besos por su cuello, sus pechos, su abdomen, pasando la lengua haciendo círculos por su ombligo y llebando a su pelvis. Ahí alcé la mirada y sonreí alzando una ceja.
-Ahora verás...

Separé sus piernas bien con mis manos y a continuación pasé mi lengua a lo largo de todo su sexo, deteniendome en su clitoris, el cual atrapé entre mis dientes con suma delicadeza y acaricié con la punta de mi lengua.

Así...eso es lo que quería escuchar, sus jadeos y gemidos con mi nombre de por medio. Ethan, sinonimo de placer absoluto.

Introduje mi lengua en su interior todo lo que pude moviéndola en círculo cada vez a mayor velocidad, lamiéndo todo su sexo con intensidad y fervor, saboreando su elixir, acariciando la cara interna de sus muslos con mis manos, sintiendo como temblaba su cuerpo.

No tenía que pedirmelo más, iba a seguir y dándole aún más placer...

Volví a pasar mi lengua por toda su entrepierna, varias veces además, disfrutando de todo su cuerpo que ahora controlaba a placer.

Tras una serie de rápidos lametones introduje un par de dedos mientras lamía con furia su clítoris...

Exacto, yo era un dios, de eso que no dudara.

Aumenté el ritmo de mi mano y mi lengua, quería llevarla al límite, que estallara, que suplicara por más, que se entregara toda a mi.

Besé su pubis y volví a introducir mi lengua en ella, más profundamente, pegandome todo lo que pude a ella, acariciando su vientre y llegando a rozar sus pechos.

Al verla en ese estado casi al límite no me propuse hacerla sufrir más, subí hasta sus labios besándola y situandome entre sus piernas, abrazado a su cuerpo, dejando que mi lengua se enroscara en la suya mezclando nuestras salivas y su elixir mientras me iba aproximando con mi miembro hacia ella.

-Sus deseos son órdenes para mi bella dama...-musité cerca de sus labios penetrándola despacio...

Su cuerpo se fue ajustando al mío y entonces ya más cómodo y libre para actuar aumenté el ritmo rápidamente con unas embestidas potentes y fieras, mientras la besaba y mordisqueaba su cuello.

-¿Más?-jadeé embistiéndola con fuerza..casi con violencia, gruñendo como el predados sobre su presa, aferrándo sus muñecas entre mis puños manteniéndolos a los costados de su cuerpo, prisionera.

-Ahh...-sus dientes mordieron mi cuello con bastante fuerza, pero no dolió, al contrario, me puso más- ¿Ahora eres vampiro o algo...eh?-musité devolviéndole la jugada.

Puse las manos en su cintura y rodé para dejarla sobre mi, continuando el movimiento de caderas permitiendo que ella levara el control pero a la vez llegar más profundamente y más placenteramente también.

Me guió directo hacia sus pechos, los cuales cogí y presioné lamiendo los pezones mientras los masajeaba notandola moviendose arriba y abajo incesantemente sobre mí.
-Gaia... eres mala...-susurré lamiéndole la oreja y dejando una mano en su trasero.